Ordenanza de cómo hacer un abordaje, 1624. LOS TERCIOS EN AMÉRICA. Hugo A. Cañete

Que en cada navío vayan designados 36 soldados y 12 marineros de los de mayor satisfacción para que solo éstos salten al navío enemigo, y ninguno más; así por la confusión que de ello suele resultar como porque si otros bajeles cargasen sobre el nuestro y la gente del que está abordando quisiese entrar por otra parte, la hallen con la defensa y la guarda necesaria, y que no se aventure de una vez todo.

De la gente que ha de abordar el navío del enemigo, 20 soldados han de llevar arcabuces, por ser más manejables que los mosquetes, otros 10 espadas y rodelas si las hubiere, y 6 picas y medias picas. Los 12 marineros han de llevar sus espadas con algunas rodelas o medias picas, y 6 de ellos hachas o terciados grandes para cortar la jarcia y desaparejar el navío, dejándolos desaparejados para que no puedan huir por ese medio.

Conforme al número de soldados y marineros que hubiese en cada navío, se repartirán los puestos entre los capitanes de mar y tierra como queda dicho, advirtiendo que se ha de reservar una tercera parte de la infantería, teniéndola debajo de cubierta hasta que sea necesario rehacer lo de arriba, así por los que estuviesen peleando cuando estén cansados, como porque hayan faltado algunos [bajas], conservándose mejor de esta manera y habiendo gente de refresco para acudir adonde apretase la necesidad.

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