El encaje de la fuerza paracaidista en el Arte Operacional soviético – Cuadernos de Salamina N.º 0

En consonancia con las nuevas instrucciones, se intensificaron los ejercicios que involucraban fuerzas aerotransportadas. En septiembre de 1933, en Luga, Distrito Militar de Leningrado, la 3.ª Brigada Aerotransportada realizó un ejercicio táctico bajo la supervisión de Tukhachevsky.

Operando en condiciones climáticas adversas (vientos fuertes y nubes bajas), los paracaidistas cayeron en una zona de retaguardia enemiga fuertemente defendida con la intención de bloquear la retirada enemiga y el movimiento de sus reservas. El salto por sorpresa, llevado a cabo después de una preparación artillera, logró expulsar al enemigo, ocupar el objetivo y repeler a sus reservas. Tukhachevsky se mostró satisfecho con los resultados. En septiembre del año siguiente, cerca de Minsk, en el Distrito Militar de Bielorrusia, un ataque aerotransportado múltiple prestó apoyo en un ejercicio ofensivo de la fuerza terrestre.

El 7 de septiembre, una tropa de 129 hombres fue lanzada con el propósito de asegurar un tramo de carretera al oeste de Minsk y un punto de cruce clave sobre el río Svisloch, donde en coordinación con el avance de un regimiento motorizado, bloqueó las rutas de retirada enemigas de la ciudad. El 9 de septiembre, cerca de Trostyanets, al noreste de Minsk, un segundo asalto operacional de 603 hombres bloqueó el movimiento de las reservas enemigas que se dirigían a la ciudad en estrecha cooperación con el avance de una brigada mecanizada. Estas dos operaciones aerotransportadas hicieron hincapié en la coordinación entre las tropas aerotransportadas y terrestres que operaban en la retaguardia enemiga.

Aprovechando el éxito de las maniobras de 1934, se produjo una actividad aerotransportada de mayor magnitud en las maniobras de 1935. Celebradas en el Distrito Militar de Kiev bajo la supervisión del comandante de ejército de primer rango I. E. Yakir, y bajo la atenta mirada de mentes tan brillantes como las de Voroshilov, Budenny, Gamarnik, Tukhachevsky y Egorov, el ejercicio sometió a prueba técnicas de conducción de una batalla profunda. El escenario implicaba la penetración de una fuerte defensa por parte de un cuerpo de fusileros reforzado por un batallón de tanques y artillería de la RGK (Reserva de Alto Mando) (ver Mapa 1).

Un cuerpo de caballería y un cuerpo mecanizado llevaron a cabo dicha penetración. Un gran asalto aerotransportado les prestó apoyo en su intento de rodear y destruir al enemigo. La fuerza aerotransportada, de dos regimientos paracaidistas (1.188 hombres) y dos regimientos de fusileros (1.765 hombres) bajo el control de una división de fusileros, tuvo que aterrizar en Brovary (noreste de Kiev), asegurar una zona de aterrizaje y puntos de cruce sobre el río Dnepr, bloquear la aproximación de reservas enemigas procedentes del este, y cooperar con las unidades de caballería y fusileros que atacaban Kiev desde el oeste. Más de 1.000 paracaidistas, procedentes de bases situadas a 280 kilómetros de distancia, participaron en un salto simultáneo y aseguraron el área de aterrizaje. A continuación llegaron tropas de la fuerza principal de los regimientos de fusileros y, junto con el escalón de paracaidistas, cumplieron la misión asignada.

Quiero el cuaderno

Esta entrada ha sido publicada en Experiencia aerotransportada soviética - Cuadernos de Salamina Nº0 y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.