Emboscada en Belgorod. Decisión en Ucrania

En ese momento, a una distancia de unos 2.000 metros, se divisó a un grupo de unos cuarenta carros de combate soviéticos desplegándose para atacar. Los T-34 atacaron en línea, dirigiéndose directamente hacia los carros germanos. En su camino se alzaba un enorme campo de girasoles, en el que los tallos de algunas plantas llegaban en algunos casos a entre dos y dos metros y medio de altura. Mientras cargaban, los blindados soviéticos desaparecieron en el campo de girasoles. Los carros soviéticos marchaban casi completamente ocultos mientras sus cadenas aplastaban las plantas como grandes segadoras invisibles. Bochmann desplegó sus Tiger y Panzer IV de frente en línea, ordenándoles disparar a discreción cuando los blindados emergieran del campo de girasoles. Los Panzer III del grupo fueron desplegados en el flanco derecho alemán a fin de sorprender a los soviéticos de costado por su izquierda. El cañón del Panzer III, más ligero, tenía mayor efectividad contra la más delgada capa de blindaje lateral del T-34.

Incapaz de observar la maniobra alemana a causa de la alta vegetación, la fuerza blindada soviética ignoraba los movimientos de flanco de los Panzer III. Los Tiger y Panzer IV abrieron fuego sobre los blindados rusos cuando éstos emergieron justo al lugar de la emboscada. Los carros alemanes situados en el flanco comenzaron a disparar también. En poco tiempo, el campo estaba lleno de T-34 incendiados, destruidos por los 88 mm de los Tiger o impactados por los cañones de 50 mm que disparaban desde el flanco. Los blindados rusos que no fueron alcanzados durante los primeros momentos trataron de escapar de la trampa, maniobrando hacia la salvación.

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El atasco de tráfico de las Ardenas al Rin. 1940. TANK MEN

Estaba en medio del mayor atasco de tráfico que Europa había conocido. «¡Hemos alcanzado el objetivo de nuestra primera etapa, la frontera de Luxemburgo!». Declaró el Hauptmann [capitán] Carganico, de la 1.ª División Panzer. Había sido un largo y caluroso viaje. Los conductores de carros, «llevaban sentados tras las palancas de dirección cinco horas, pasando un calor terrible, cambiando de marcha, yendo cuesta arriba y cuesta abajo, y deteniéndose y arrancando».

La gigantesca masa de 41.140 vehículos, consistente en 1.222 carros, 545 vehículos de cadenas y 39.373 de ruedas, tenía una longitud teórica de 1.540 km. Una división panzer de 150 km de largo necesitaba una media de diez horas para pasar por un punto, mientras que los elementos mixtos panzer y motorizados, de 130 km de largo190, necesitarían ocho horas y media. Un cuerpo de infantería motorizada transportaba 134.370 hombres con sus suministros. Una división panzer incluía en su impedimenta 20.000 tabletas de Pervitin para así mantener despiertos a los soldados. Hacia el 12 de mayo, los convoyes estaban atascados en el eje norte de marcha desde el río Mosa hasta el Rin, a lo largo de una distancia de 250 km a través de territorio francés, belga, luxemburgués y alemán.

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Emboscada en el valle de Korengal. Puestos Avanzados.

Poco después de llegar al puesto de observación/escucha, el sargento Reese notó movimiento en el sendero. Al principio, Reese pensó que las figuras de la penumbra eran cabras, pero no tardó en percatarse de su error. Llamó por radio al segundo teniente Smith y le informó de la presencia de un «gran grupo de hombres armados» caminando por el sendero desde el este. Los insurgentes habían llegado a la cima de la cordillera y seguían el sendero Chichal-Donga hacia el norte. Debido a la oscuridad, Reese no estaba seguro del número exacto de insurgentes, hasta que el segundo o tercer hombre de la columna encendió y apagó una pequeña linterna tipo Led, lo que permitió a Reese contar inicialmente ocho individuos al frente de la columna. Mientras los insurgentes se dirigían hacia la base de patrulla, el sargento Little se reposicionó al oír la transmisión de radio del sargento Reese con el fin de observar mejor al enemigo que se dirigía hacia él. Los tres miembros del mismo se tumbaron boca abajo y se escondieron detrás de un tronco de árbol caído. Estaban allí para observar, sólo abrirían fuego cuando fuese absolutamente necesario o recibiesen la orden de hacerlo.

Una vez informado de la ubicación del enemigo, Smith sacó soldados de otras posiciones para reforzar la nueva zona de aniquilación, que iba de sur a sureste del triángulo, entre las posiciones de las 9 y las 3 en punto. La base de patrulla se había convertido en una posición lineal modificada de emboscada. Tras contar 26 insurgentes a menos de tres metros del puesto de observación/escucha, el sargento Reese no pudo comunicar este aumento del número de enemigos al segundo teniente Smith sin poner en peligro su posición. Todos los miembros de la sección norteamericana llevaban equipo de visión nocturna, lo que les proporcionaba una ventaja significativa sobre el enemigo. El sargento Little utilizó un dispositivo de designación AN/PEQ-15 ATPIAL que proporciona un haz infrarrojo que ayuda a iluminar los objetivos. El teniente Smith logró identificar positivamente a 15 hombres agrupados en un tramo de 40 metros del sendero que portaban armas y cartucheras de munición y que entraban en la zona de aniquilación de 50 metros de anchura. Smith había maximizado su potencia de fuego en esa zona con una mina Claymore, cuatro ametralladoras (dos Mark 48 y dos Mark 46), un M-203 adicional y otras armas ligeras…

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Las singularidades de las IDF vistas por observadores durante la Operación Kadesh

La Operación Kadesh demostró que las IDF podían manejar fuerzas móviles como pocos ejércitos en el mundo. Demostró de manera concluyente que un ejército de reclutas y de reservistas apresuradamente reunidos podía manejar armamento moderno y operar en un ambiente de potencia de fuego. Hacía cuestión de horas que algunos de los soldados israelíes se habían puesto el uniforme y ya marchaban por el Sinaí. Demostró que un ejército no necesitaba tener una estricta disciplina cuartelaria o presentar un aspecto impoluto para llevar a cabo operaciones destructivas y decisivas. Esto causó alguna consternación en los observadores militares extranjeros:

«Los oficiales son llamados a menudo por sus nombres de pila entre sus hombres y entre sus colegas; hay muy pocos saludos, hay mucha barbilla sin afeitar; no hay signos externos de respeto por la superioridad; en hebreo no existe la palabra “señor”. Toda mi experiencia anterior en los ejércitos norteamericano y británico me ha enseñado que la mejor disciplina durante la batalla depende de la buena disciplina en los cuarteles. El ejército israelí parece desmentir esa noción».

Finalmente, Kadesh demostró que el concepto de Auftragstaktik, que permite a los comandantes de graduaciones inferiores tomar la iniciativa para actuar según dicte la situación aun cuando ello suponga hacer caso omiso de órdenes superiores, estaba todavía vivo y disfrutaba de buena salud en las FDI, a menudo de una forma extrema.

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Jared C. Monti. Medalla de Honor. PUESTOS AVANZADOS. Acciones de combate de pequeñas unidades en Afganistán

El kill team luchaba en tres direcciones, dirigiendo su fuego hacia el norte, el este y el oeste. Por el momento, los intentos de flanqueo enemigos habían sido frenados, pero continuaba el fuego incesante de los insurgentes desde el bosque. El fuego más preciso de los morteros empezó a dar en el blanco en el norte, pero el enemigo no se dejó amedrentar. Superados en número y armamento, los norteamericanos necesitaban más potencia de fuego para cambiar las tornas.

En ese momento, los sargentos Monti y Hawes dirigieron su atención al soldado de primera clase Bradbury, que se encontraba herido a unos 18 metros de distancia en campo abierto. Aunque estaba parcialmente oculto de la observación enemiga, Bradbury seguía estando en peligro de ser alcanzado por fuego indirecto. Podía comunicarse débilmente con los demás, apostados detrás de las rocas, pero sus heridas eran tales que poco más podía hacer. El sargento Monti decidió que tenía que recuperar a Bradbury y ponerlo a salvo detrás de las rocas. En su primer intento logró alejarse unos metros de las rocas antes de que una lluvia de disparos de armas ligeras lo obligase a ponerse a cubierto tras un pequeño parapeto de roca que bordeaba el perímetro.

Monti se encontró allí el cadáver del sargento Lybert. Tras esperar un minuto más, saltó el parapeto e intentó llegar de nuevo hasta Bradbury, pero se vio obligado a retroceder por el fuego. Antes de llevar a cabo el que sería su último intento de salvar a Bradbury, el sargento Monti gritó a los demás miembros del kill team que necesitaba fuego de cobertura de lanzagranadas M203. El sargento Hawes disparó varias granadas contra la línea de árboles del norte y el resto del equipo abrió fuego de fusilería de apoyo. En ese momento, Monti corrió hacia Bradbury y, en cuestión de segundos, cayó mortalmente herido cuando un proyectil de RPG impactó contra el suelo a pocos metros de él.

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