
La Operación Huerto se puso en marcha en el verano de 2007 y se desarrolló con precisión, según lo previsto. El modo en que logró introducirse en el sistema el software que dio a la Unidad 8200 el control total del IADS sirio –es decir, si fue a distancia mediante un dron furtivo que empleó el haz de un radar sirio para descargar el software en el sistema o si fueron directamente las fuerzas de operaciones especiales las que insertaron físicamente el software en el sistema- sigue siendo un secreto muy bien guardado.
En cualquier caso, la noche del ataque, la Unidad 8200 tenía el control total del sistema IADS y los operadores sirios vieron exactamente lo que Israel quería que viesen: nada. Al amparo de esta cobertura electrónica, los cazabombarderos de la IAF alcanzaron las inmediaciones de su objetivo sin ser detectados, lanzaron sobre él unas 17 toneladas de municiones guiadas de precisión (MGP) y emprendieron una huida sin incidentes. El ataque destruyó por completo el complejo de al-Kibar, dejando intactos únicamente los cimientos de la instalación.
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