La Kido Butai. LA GUERRA DE PORTAAVIONES EN EL PACÍFICO. Mark E. Stille

Una ventaja importante que aprovecharon los japoneses al comienzo de la contienda fue su capacidad para concentrar el poder aéreo de los portaaviones. La Kido Butai («Fuerza Móvil» en su literalidad, aunque mejor traducida como «Fuerza de Ataque») era el componente operacional de la 1.ª Flota Aérea. A diferencia de la Marina estadounidense, donde la división de portaaviones solo tenía funciones administrativas, las divisiones de portaaviones de la Kido Butai eran entidades operativas. Los grupos aéreos de los portaaviones de cada división entrenaban y combatían juntos de forma habitual. Durante las operaciones con varios portaaviones, el ataque en su conjunto sería mandado por uno de los comandantes del grupo de portaaviones, que dirigiría las operaciones.

En un ataque a gran escala, una división de portaaviones contribuiría con sus escuadrones de bombarderos en picado y otra con sus escuadrones de torpederos. Eso permitía lanzar el ataque con gran rapidez, ya que todos los aviones podían situarse en la cubierta de vuelo sin necesidad de reservar espacio en la misma a otros grupos de aviones que hubiese que preparar para el despegue. Normalmente, la fuerza de ataque iba acompañada de una escolta de entre seis y nueve cazas de cada portaaviones. La creación de la 1.ª Flota Aérea fue revolucionaria en su concepto. Proporcionó a los japoneses los medios para concentrar el poder aéreo en cualquier punto del Pacífico. Esta fuerza aérea masiva nipona estaba integrada por aviones muy sofisticados pilotados por aviadores expertos, lo que hizo posible que la Marina Imperial abrumase las defensas aliadas al comienzo de la guerra.

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