
Se trataba de una maniobra complicada para las oleadas entrantes de unos 40 Stuka, subdivididos en escuadrones (Staffeln) de 9 a 12 aviones cada uno. Éstos tenían que reducir primero la altura, porque los picados sobre objetivos tan pequeños tenían que comenzar desde una altitud lo más baja posible, sin duda por debajo de los 3.660 metros estándar.
Saltaron por los aires surtidores de tierra y mampostería en mitad de enormes nubes de humo que se elevaban perezosamente con el polvo en suspensión. «Dios mío, esto es el final», recordó haber pensado el segundo teniente Philip Pardoe, de los King’s Royal Rifles, cuando llegó un proyectil con su intenso zumbido y estalló a apenas unos metros de distancia. «Estaba completamente cubierto de arena, me había quedado sin aliento, y pensaba que había llegado mi hora». Uno de sus soldados sufrió una crisis nerviosa bajo el bombardeo y gritaba «no podemos aguantar esto mucho más». «Recuerdo que el sargento lo abordó de forma brusca», reflexionó Pardoe.
De regalo para los miembros del CLUB SALAMINA un magnífico MAPA tamaño A2 de la zona de operaciones de Dunkerque por una cara y de un mapa de situación de la Wehrmacht del 24 de mayo de 1940 por la otra, para que puedas seguir el curso de las operaciones.
