Batalla de las islas Santa Cruz. Los primeros siete bombarderos en picado japoneses salieron de una nube por la popa del Hornet. El primero lanzó su bomba y falló por el lado estribor. El segundo colocó una bomba semi-perforante de 250 kilos en el centro de la cubierta de vuelo, que penetró tres cubiertas antes de explotar. El tercero, un Tipo 99, fue derribado por el fuego antiaéreo antes de poder lanzar su bomba y se estrelló en el agua a sólo 10 metros de la amura de estribor del Hornet. El cuarto bombardero en picado lanzó su bomba de alto explosivo sobre la cubierta de vuelo, en la parte de popa, y a continuación resultó alcanzado por el fuego de los cañones de 20 mm.
Antes de que el avión se estrellase, el artillero de cola logró saltar en paracaídas y sobrevivió, siendo rescatado al día siguiente por un destructor japonés. El quinto atacante voló brevemente en círculos a proa del Hornet y se acercó al portaaviones por su amura de babor. Este bombardero colocó hábilmente otra bomba semi-perforante en la popa, que atravesó cuatro cubiertas antes de explotar y causar una gran pérdida de vidas. El sexto avión picó por la proa, pero falló. El último bombardero en picado fue atacado por los Wildcat y no logró realizar el ataque. Tres de los seis bombarderos en picado que se abalanzaron sobre el Hornet lograron impactos y cuatro de los seis sobrevivieron.
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